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viernes, 25 de mayo de 2012

Cada segundo, minuto, día...

Te despiertas un día como otro cualquiera.
Te acercas a tu lugar de trabajo.
Te preparas. Calientas.
Te vistes. Te maquillas.
Te olvidas de los demás.
Te cansas de ensayar.
Te enfrentas a mucha gente.
Te tragas el miedo.
Te relajas entre cajas.
Te bañas en aplausos y ovaciones.
Te llenas de buenas palabras.
Te enorgulleces de ti y de tus compañeros.
Te vas a la cama.
Todo ha pasado. Todo finalizó en un ayer que no volverá.

"Es imprescindible disfrutar cada minuto de cada día para no olvidar jamás porque haces lo que haces y porque no quieres que nunca se acabe."